Ya han pasado tres años desde que mis patitos y patitas llegaron
al cole; desde que entraron por esa puerta con sus llantos y vuestros
miedos, con sus miradas ilusionadas por descubrir algo nuevo y con vuestras
inquietudes por dejarlos en manos extrañas.
Juntos
hemos caminado este último año, os he acompañado un trocito de vuestras vidas y esperamos
sinceramente que este pequeño paseo haya sido tan bueno para vosotr@s como lo
ha sido para mí.
Gracias a las familias de mis niñ@s, por las veces
que he necesitado vuestro apoyo y lo he encontrado. Por entender que
tod@s peleamos en el mismo bando y que lo más importante son ell@s y por los
que merece la pena trabajar.
Gracias a mis compañeras, por animarme cuando surgen las flaquezas y recordar que lo importante no es ver que las
cosas son difíciles sino que son posibles y estar siempre a mi lado.
Pero sobre todo, gracias a mis niñ@s,
por todos esos momentos que me habéis regalado, por vuestros juegos, por esos
ratitos en los que me habéis escuchado, por vuestras canciones, por todos esos
segundos en los que me habéis mirado dándome lo más bonito, vuestra sonrisa.
Una cosa os pido, no la perdáis nunca, pero sobre todo no me olvidéis, yo nunca lo haré.